miércoles, 21 de abril de 2010

    ¿Qué tiene que ver la Inquisición con el pan viejo?

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    Durante la Edad Media, la mayoría de la gente se alimentaba de pan de centeno. Todavía no se habían llevado de America el trigo. Así que la dieta básica era el pan de centeno.


    Muchas de estas plantaciones, en condiciones de humedad y calor, solían infectarse con un hongo, el ergot, o cornezuelo del centeno, que aunque lo veían, iba todo junto al molino de piedra, y ahí amasaban el pan, con hongo, pedazos de piedra y todo. Después las condiciones de almacenamiento no eran las mejores, y el hongo seguía fermentando dentro de los panes. Algunos de los efectos que este hongo, generaba eran alucinaciones, vómitos, fiebre, y en casos mas severos gangrena en los dedos. Esto era llamado el fuego de san Antonio o el fuego del infierno.




    Para que nos demos una idea de los efectos que producía esta enfermedad pensemos que eran los mismos que la producida por la ingesta de sustancias psicodélicas, ya que el LSD; descubierto más tarde por Hoffman, es una droga semi-sintética de la familia de la ergolina, y que también fue obtenida del centeno. Un caso, a tener en cuenta, es que cuando en 1943, Hoffman ingiere por primera vez LSD y se va a su casa en justamente en “bicicleta”, escribe en su diario que: Tras pasar varias horas aterrorizado, se había convencido de que un demonio había poseído su cuerpo, de que su vecina era una bruja y de que los muebles lo amenazaban.



    También hay una versión que asegura que el caso de las brujas de Salem, en 1692, tuvo algo que ver con que estas llamadas brujas estuvieron intoxicadas con el cornezuelo del centeno. Entonces, ocurría que muchos comían pan y comenzaban a sufrir alucinaciones y estas alucinaciones eran peligrosas ya que de ahí a sospechar que se estaba ante un caso de posesión diabólica había un paso. En Europa la única forma de curar esta enfermedad era ir en peregrinación hasta santiago de Compostela y ser tocado por un palo mágico. Lo del palo mágico estaba muy bien, pero también influía bastante el hecho de que en aquel convento que curaba a los “posesos” les daban de comer pan de trigo uy no de centeno..


    O sea, que muchas de las brujas que murieron en manos de la Inquisición, y de la Alemania Protestante, podrían haberse evitado si la gente hubiese comido, pan del día.

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